domingo, 9 de octubre de 2011

MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER

El placer y el displacer pueden relacionarse con la cantidad de excitación existente en la vida anímica, Correspondiendo el displacer a una elevación y el placer a una disminución de la cantidad de dicha excitación.

Como dijo Fechner: “Cada movimiento psicofísico que traspasa el umbral de la conciencia se halla tanto más revestido De placer cuanto más se acerca a la completa estabilidad o el displacer cuanto más se aleja de la misma”.

Por ello se puede decir que la vida psíquica es regida por el principio del placer, ya que una de las tendencias del aparato anímico es la de conservar lo más bajo posible o, al menos constante, la cantidad de excitación en él existente. Por eso, elevar la cantidad de excitación conllevaría un sentido anti funcional, es decir, el displacer.

A pesar de este perfecto funcionamiento primario del placer en el aparato anímico, éste tiene varios problemas o inhibiciones, como son:

El principio del placer es inútil y, hasta peligroso en alto grado, para la autoafirmación del organismo frente a las dificultades del mundo exterior. Bajo el instinto de conservación del yo, queda sustituido el principio del placer por el principio de la realidad que, sin abandonar el propósito de una consecuencia final de placer, exige y logra el aplazamiento de la satisfacción y nos fuerza a aceptar el displacer durante un largo rodeo necesario para legar al placer.

Casi toda la energía que llena el aparato anímico procede de los impulsos instintivos que le son inherentes, aunque algunos demuestran ser incompatibles con el resto por sus fines. Dichos instintos incompatibles son separados por el proceso de la represión y privados al principio de posibilidad de satisfacción.

La mayor parte de displacer es, displacer de percepción, percepción del esfuerzo de los instintos insatisfechos o percepción exterior. Un ejemplo de la transformación de la represión de una posibilidad de placer en una fuente de displacer es, todo displacer neurótico, placer que no puede ser sentido como tal.

Así, la resistencia del yo consciente y preconsciente se halla al servicio del principio del placer porque se trata de ahorrar el displacer que sería causado por la libertad de lo reprimido. De este modo, la labor será la de conseguir la admisión de tal displacer haciendo una llamada a principio de la realidad, lo cual produce disgustos pues saca los sentimientos reprimidos.

Otro término relacionado con el placer-displacer es la conciencia, que es la función de un sistema especial que se denomina Cc, Dado que la conciencia procura percepciones de estímulos externos y sensaciones de placer y displacer que no pueden provenir más que del interior del aparato anímico, podemos atribuir al sistema P-Cc una localización, vuelto hacia el mundo exterior y envolviendo a los sistemas psíquicos.

Todos los procesos excitantes que se desarrollan en los demás sistemas, dejan en el sistema P-Cc huellas duraderas como fundamento de la memoria, al contrario que en sistema Cc, que no dejan huellas duraderas. Por tanto, la conciencia se forma en lugar de la huella mnémica.

Estudiado esto, se puede contradecir el principio kantiano que dice que el tiempo y el espacio son dos formas necesarias de nuestro pensamiento, ya que los procesos anímicos inconscientes no pueden ser ordenados temporalmente porque el tiempo no cambia nada en ellos.

El sistema Cc recibe excitaciones procedentes del exterior y del interior, y la diversidad y a situación de las condiciones entre ambos es lo que regula la función del sistema y del aparato anímico. Contra las excitaciones del exterior existe una protección, logrando que las cantidades de excitación que llegan actúen disminuidas. Contra las excitaciones procedentes del interior, sin embargo, no existe ninguna protección, creándose por ello una serie de sensaciones de placer y displacer. Por esto la conducta actúa contra las excitaciones exteriores que conllevan un aumento demasiado grande de displacer.

Además hay excitaciones exteriores que tienen suficiente energía para atravesar la protección, como las traumáticas, que ejercen un displacer específico. Para corregirlo, el sistema recibe nueva energía para transformarla en reposo. Por tanto, las funciones del aparato anímico son independientes al principio del placer, pareciendo más primitivas que a intención de conseguir placer y evitar displacer. Aun así, no se contradice.

La carencia de un dispositiva protector contra las excitaciones del interior de la capa cortical tiene por consecuencia que tales excitaciones entrañen máximas “perturbaciones económicas”. Las más ricas fuentes de tal excitación interior son los instintos del organismo. Un instinto sería, pues, una tendencia propia de lo orgánico vivo a la reconstrucción de un estado anterior, que lo animado tuvo que abandonar bajo el influjo de fuerzas exteriores perturbadoras.

Por ello, si todos los instintos orgánicos son conservadores e históricamente adquiridos, y tienden a una regresión o a una reconstrucción de lo pasado, se deberá atribuir todos los éxitos de la evolución orgánica a influencias exteriores, perturbadoras y desviantes.

Así la tensión generada intenta nivelarse apareciendo el instinto principal de volver a lo inanimado: la meta de toda vida es la muerte.

A pesar de esto, existe el instinto sexual, que se contradice con lo mencionado anteriormente, pero puede ser tomado como que el organismo no quiere morir si no es a su manera y no sin haber cumplido antes el otro instinto básico de reproducción.

Los instintos sexuales muestran más resistencia contra las actuaciones exteriores pues conservan la vida por más tiempo, por lo que pueden considerarse los verdaderos instintos de vida. Ya que los instintos del yo están encaminados a la muerte y los instintos sexuales están encaminados a la conservación de la vida, cuando los pequeños animales copulan, antes de haber sufrido modificación alguna por la edad, quedan, después de la cópula, rejuvenecidos y preservados de la vejez. Asimismo, es muy posible que los infusorios sean conducidos por un proceso vital a una muerte natural.

Habiendo visto todo esto, podemos decir que el principio del placer será entonces una tendencia al servicio de una función encargada de despojar de excitaciones al aparato anímico, mantener en él constante el montante de excitación o conservarlo lo más bajo posible, sin poder concluir en una sola de las dos opciones.

También hay que decir que los procesos primarios producen sensaciones mucho más complejas que los secundarios. Además son más tempranos ya que al inicio de la vida anímica solo existen ellos, Por ello, se llega al resultado de que la aspiración al place se manifiesta más intensamente al principio de la vida que después, aunque no tan ilimitadamente, porque tiene que tolerar frecuentes rupturas.

Por último, el principio del placer parece hallarse al servicio de los instintos de muerte, aunque también vigile a las excitaciones exteriores, consideradas como un peligro para las dos clases de instintos pero, especialmente, a las elevaciones de excitación procedentes del interior, que tienden a dificultar la labor vital.

Principio del placer tenga una credibilidad muy fiable para mi, hay ciertos puntos oscuros que habría que reestructurar para perfeccionarlos y poder llegar (o no) a establecer una teoría demostrable en toda su plenitud (si no se ha hecho ya, claro esta).

Para lograr esto y finalizar mi trabajo, voy a transcribir unos versos que empleó Freud para finalizar su obra, refiriéndose al lento progreso del conocimiento científico:

Si no se puede avanzar volando, bueno es progresar cojeando, pues está escrito que no es pecado el cojear.

proceso primario, la energía psíquica fluye libremente, pasando sin trabas de una representación a otra según los mecanismos del desplazamiento y de la condensación; tiende a recatectizar plenamente las representaciones ligadas a las experiencias de satisfacción constitutivas del deseo (alucinación primitiva). En el caso del proceso secundario, la energía es primeramente «ligada» antes de fluir en forma controla

lunes, 5 de septiembre de 2011

SOBRE LAS TEORIAS IMPLICITAS DEL ANALISTA

Les dejo estas páginas para que vean un poco del psicoanálisis y las teorías implícitas, que aún cuando son del manejo de la psicología en general, sobre todo de la cognocitivista, cobran un sentido distinto dentro del marco psicodinámico:

http://www.psychomedia.it/pm/indther/latinoam/bordone-spagnolo.htm

http://www.ipa.org.uk/Public/NewsletterPage.php?ID=5627&newsletterID=5586&language=spa&websiteID=3270

El segundo artículo es un resumen de una investigación llevada a cabo por algunos miembros de la IPA, entre ellos el ahora presidente Charles Hanly; y en parte derivada del trabajo de uno de los autores del primer artículo.

Saludos

Fulvia Bruggeman

jueves, 21 de julio de 2011

Análisis del cuento de Aladino y la lámpara maravillosa

Respetando el orden del cuento, Iniciare pues analizando el elemento que da curso a esta aventura, esto es la lámpara maravillosa, siéndome fácil apreciar que todo jira en torno a esta, determinando el destino de todos los personajes, apareciendo por primera vez como un viejo objeto perteneciente al brujo del cuento, que queriendo dar nuevo uso a esta, pide a Aladino que saque de una cueva su lámpara a cambio de una moneda de plata para que su madre pueda comprar comida. Cayendo después en manos de Aladino, junto con el anillo, quedando se esté con la posesión del objeto que le brindaría a él y su mama deliciosas comidas y que cambiaría su vida para siempre.

Después de que Aladino creció y se convirtió en un joven apuesto (gracias al genio de la lámpara) vio a la hija del sultán quedando locamente enamorado de ella. Fue su madre quien fue a pedir la mano de Halima tras haberle comunicado que fue el mejor día de su vida y que quería casarse con ella.

Gracias a que el genio de la lámpara pudo suplir con los requerimientos necesarios, Aladino y la hija del sultán se casaron, y el genio les construyo un palacio al lado de el del sultán.

Hasta aquí está clara la primacía de la lámpara y que con esta Aladino y su madre pudieron obtener los más grandes placeres tanto los alimenticios como los sexuales que tanto les hacía falta. También los orígenes de la lámpara una vieja lámpara que se desea usar nuevamente para poder poseer a la hija del sultán y que después pasa a ser de un ajeno, quedándose este con los beneficios otro.

En la parte restante del relato no es muy difícil ver proyectado el complejo de castración y de Edipo en el cuento sin disolución, dejando evidencia de que el cuento es una realización de deseos. Pues aparece de nuevo el brujo y al mismo tiempo que le quita la lámpara, con la ayuda del genio se lleva a halima junto con el palacio a la tierra lejana del brujo haciéndola su mujer, dejando a Aladino solo, sin lámpara y sin la facultad de traer de regreso lo que más amaba. Hasta aquí el complejo de castración que en lo siguiente se verá en combinación con el complejo de Edipo no declinado en el cuento, ya que Aladino no se da por vencido y decide ir y matar al brujo con un veneno que el mismo brujo les proporciono. Lo siguiente que ocurre es que Aladino toma de nuevo la lámpara cosa que originalmente le pertenecía al brujo por consiguiente la representación del reemplazo. Así mismo Aladino pidió al genio regresar y que su palacio retornara hasta el reino del sultán. Y así Aladino y Halima vivieron felices.

Podemos afirmar en este cuento la intima relación que guarda el complejo de castración con el complejo de Edipo y que debido a la significación narcisista el pene es la zona erógena directriz, así mismo en el niño o la niña experimentan los sentimientos de inferioridad debido a la envidia del hombre adulto, que en este cuento se logra a compensar.

domingo, 17 de julio de 2011

cuento para analizar en la proxima reunion.

Aladino y la lámpara maravillosa

Muchos de los cuentos maravillosos y tradicionales, han ido pasando a través del tiempo, de boca en boca, y de muchos de ellos se desconoce el verdadero autor, como sucede con Aladino y la lámpara maravillosa

Erase una vez una viuda que vivía con su hijo, Aladino. Un día, un misterioso extranjero ofreció al muchacho una moneda de plata a cambio de un pequeño favor y como eran muy pobres aceptó.

-¿Qué tengo que hacer? -preguntó.

-Sígueme - respondió el misterioso extranjero.

El extranjero y Aladino se alejaron de la aldea en dirección al bosque, donde este ultimo iba con frecuencia a jugar. Poco tiempo después se detuvieron delante de una estrecha entrada que conducía a una cueva que Aladino nunca antes había visto.

- ¡No recuerdo haber visto esta cueva! -exclamó el joven- ¿Siempre ha estado ahí?

El extranjero sin responder a su pregunta, le dijo:

-Quiero que entres por esta abertura y me traigas mi vieja lampara de aceite. Lo haría yo mismo si la entrada no fuera demasiado estrecha para mí.

-De acuerdo- dijo Aladino-, iré a buscarla.

-Algo más- agrego el extranjero-.No toques nada más, ¿me has entendido? Quiero únicamente que me traigas mi lampara de aceite.

El tono de voz con que el extranjero le dijo esto ultimo, alarmó a Aladino. Por un momento pensó huir, pero cambió de idea al recordar la moneda de plata y toda la comida que su madre podría comprar con ella.

-No se preocupe, le traeré su lampara, - dijo Aladino mientras se deslizaba por la estrecha abertura.

Una vez en el interior, Aladino vio una vieja lampara de aceite que alumbraba débilmente la cueva. Cual no seria su sorpresa al descubrir un recinto cubierto de monedas de oro y piedras preciosas.

"Si el extranjero solo quiere su vieja lampara -pensó Aladino-, o esta loco o es un brujo. Mmm, ¡tengo la impresión de que no esta loco! ¡Entonces es un ... !"

-¡La lampara! ¡Tráemela inmediatamente!- grito el brujo impaciente.

-De acuerdo pero primero déjeme salir -repuso Aladino mientras comenzaba a deslizarse por la abertura.

-¡No! ¡Primero dame la lampara! -exigió el brujo cerrándole el paso

-¡No! Grito Aladino.

-¡Peor para ti! Exclamo el brujo empujándolo nuevamente dentro de la cueva. Pero al hacerlo perdió el anillo que llevaba en el dedo el cual rodó hasta los pies de Aladino.

En ese momento se oyó un fuerte ruido. Era el brujo que hacia rodar una roca para bloquear la entrada de la cueva.

Una oscuridad profunda invadió el lugar, Aladino tuvo miedo. ¿Se quedaría atrapado allí para siempre? Sin pensarlo, recogió el anillo y se lo puso en el dedo. Mientras pensaba en la forma de escaparse, distraídamente le daba vueltas y vueltas.

De repente, la cueva se lleno de una intensa luz rosada y un genio sonriente apareció.

-Soy el genio del anillo. ¿Que deseas mi señor? Aladino aturdido ante la aparición, solo acertó a balbucear:

-Quiero regresar a casa.

Instantáneamente Aladino se encontró en su casa con la vieja lampara de aceite entre las manos.

Emocionado el joven narro a su madre lo sucedido y le entregó la lampara.

-Bueno no es una moneda de plata, pero voy a limpiarla y podremos usarla.

La esta frotando, cuando de improviso otro genio aun más grande que el primero apareció.

-Soy el genio de la lampara. ¿Que deseas? La madre de Aladino contemplando aquella extraña aparición sin atreverse a pronunciar una sola palabra.

Aladino sonriendo murmuró:

-¿Porqué no una deliciosa comida acompañada de un gran postre?

Inmediatamente, aparecieron delante de ellos fuentes llenas de exquisitos manjares.
Aladino y su madre comieron muy bien ese día y a partir de entonces, todos los días durante muchos años. Aladino creció y se convirtió en un joven apuesto, y su madre no tuvo necesidad de trabajar para otros. Se contentaban con muy poco y el genio se encargaba de suplir todas sus necesidades. Un día cuando Aladino se dirigía al mercado, vio a la hija del Sultán que se paseaba en su litera. Una sola mirada le bastó para quedar locamente enamorado de ella. Inmediatamente corrió a su casa para contárselo a su madre:

-¡Madre, este es el día más feliz de mi vida! Acabo de ver a la mujer con la que quiero casarme.

-Iré a ver al Sultán y le pediré para ti la mano de su hija Halima dijo ella.

Como era costumbre llevar un presente al Sultán, pidieron al genio un cofre de hermosas joyas. Aunque muy impresionado por el presente el Sultán preguntó:

-¿Cómo puedo saber si tu hijo es lo suficientemente rico como para velar por el bienestar de mi hija? Dile a Aladino que, para demostrar su riqueza debe enviarme cuarenta caballos de pura sangre cargados con cuarenta cofres llenos de piedras preciosas y cuarenta guerreros para escoltarlos.

La madre desconsolada, regreso a casa con el mensaje. -¿Dónde podemos encontrar todo lo que exige el Sultán? -preguntó a su hijo.

Tal vez el genio de la lampara pueda ayudarnos -contestó Aladino. Como de costumbre, el genio sonrió e inmediatamente obedeció las ordenes de Aladino. Instantáneamente, aparecieron cuarenta briosos caballos cargados con cofres llenos de zafiros y esmeraldas. Esperando impacientes las ordenes de Aladino, cuarenta Jinetes ataviados con blancos turbantes y anchas cimitarras, montaban a caballo

-¡Al palacio del Sultán!- ordenó Aladino.

El Sultán muy complacido con tan magnifico regalo, se dio cuenta de que el joven estaba determinado a obtener la mano de su hija. Poco tiempo después, Aladino y Halima se casaron y el joven hizo construir un hermoso palacio al lado de el del Sultán (con la ayuda del genio claro esta). El Sultán se sentía orgulloso de su yerno y Halima estaba muy enamorada de su esposo que era atento y generoso. Pero la felicidad de la pareja fue interrumpida el día en que el malvado brujo regreso a la ciudad disfrazado de mercader.

-¡Cambio lamparas viejas por nuevas! -pregonaba. Las mujeres cambiaban felices sus lamparas viejas.

-¡Aquí! -llamó Halima-. Tome la mía también entregándole la lampara del genio.

Aladino nunca había confiado a Halima el secreto de la lampara y ahora era demasiado tarde.

El brujo froto la lampara y dio una orden al genio. En una fracción de segundos, Halima y el palacio subieron muy alto por el aire y fueron llevados a la tierra lejana del brujo.

-¡Ahora serás mi mujer! -le dijo el brujo con una estruendosa carcajada. La pobre Halima , viéndose a la merced del brujo, lloraba amargamente.

Cuando Aladino regreso, vio que su palacio y todo lo que amaba habían desaparecido. Entonces acordándose del anillo le dio tres vueltas.

-Gran genio del anillo, ¿dime que sucedió con mi esposa y mi palacio? -preguntó.

-El brujo que te empujo al interior de la cueva hace algunos años regresó mi amo, y se llevó con él, tu palacio y esposa y la lampara -respondió el genio.

Tráemelos de regreso inmediatamente -pidió Aladino.

-Lo siento, amo, mi poder no es suficiente para traerlos. Pero puedo llevarte hasta donde se encuentran.

Poco después, Aladino se encontraba entre los muros del palacio del brujo. Atravesó silenciosamente las habitaciones hasta encontrar a Halima. Al verla la estrechó entre sus brazos mientras ella trataba de explicarle todo lo que le había sucedido.

-¡Shhh! No digas una palabra hasta que encontremos una forma de escapar -susurró Aladino. Juntos trazaron un plan. Halima debía encontrar la manera de envenenar al brujo. El genio del anillo les proporciono el veneno.

Esa noche, Halima sirvió la cena y sirvió el veneno en una copa de vino que le ofreció al brujo. Sin quitarle los ojos de encima, espero a que se tomara hasta la ultima gota. Casi inmediatamente este se desplomo inerte.

Aladino entró presuroso a la habitación, tomó la lampara que se encontraba en el bolsillo del brujo y la froto con fuerza.

-¡Cómo me alegro de verte, mi buen Amo! -dijo sonriendo-.

¿Podemos regresar ahora?

-¡Al instante!- respondió Aladino y el palacio se elevo por el aire y floto suavemente hasta el reino del Sultán.

El Sultán y la madre de Aladino estaban felices de ver de nuevo a sus hijos. Una gran fiesta fue organizada a la cual fueron invitados todos los súbditos del reino para festejar el regreso de la joven pareja.

Aladino y Halima vivieron felices y sus sonrisas aun se pueden ver cada vez que alguien brilla una vieja lampara de aceite.

EL GATO CON BOTAS (análisis)

EL GATO CON BOTAS

Para hacer una interpretación de este cuento infantil, del cual su autor es Charles perrault, dejo aquí el cuento lo hare interviniendo en las diferentes situaciones en las que se pone el individuo, de acuerdo al orden del cuento.

Un molinero dejó, como única herencia a sus tres hijos, su molino, su burro y su gato. El reparto fue bien simple: no se necesitó llamar ni al abogado ni al notario. Habrían consumido todo el pobre patrimonio.

El mayor recibió el molino, el segundo se quedó con el burro y al menor le tocó sólo el gato. Este se lamentaba de su mísera herencia:

Interpretación: Con respecto a los lamentos de el hijo menor a la herencia que le toco (el gato) a diferencia de la de sus hermanos mayores en la cual de igual manera se le atribuyen símbolos fálicos , en donde el hermano mayor es el más aproximado al falo del padre. Puedo interpretarlo como una envidia al tamaño fálico.

-Mis hermanos -decía- podrán ganarse la vida convenientemente trabajando juntos; lo que es yo, después de comerme a mi gato y de hacerme un manguito con su piel, me moriré de hambre.

Interpretación: Al mismo tiempo que hay una primacía fálica, esta reposa sobre pulsiones parciales de la fase oral , pues sin buscar otras opciones, se lamentaba de que después de comerse al gato morirá de hambre en cambio el burro y el molino le darían mas de comer.

El gato, que escuchaba estas palabras, pero se hacía el desentendido, le dijo en tono serio y pausado:

-No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis.

Interpretación: Originariamente las botas fueron diseñadas para trabajar y protegerse de las malezas del campo, cosa que podeos confirmar cuando el gato las pide para poder andar entre los matorrales. De esa forma podemos ver el deseo de estar en el lugar de quién se puede proteger o protege y que su falo sea igual o mejor que el de sus mayores.

Aunque el amo del gato no abrigara sobre esto grandes ilusiones, le había visto dar tantas muestras de agilidad para cazar ratas y ratones, como colgarse de los pies o esconderse en la harina para hacerse el muerto, que no desesperó de verse socorrido por él en su miseria.

Interpretación: en esta mención acerca de cazar ratas y ratones nos puede dar señales del complejo de Edipo tanto positivo como negativo y poseer a sus objetos sexuales. El colgarse de los pies o esconderse en la harina para hacerse el muerto, lo interpreto como el poder tener una erección y realizar sus deseos con su objeto sexual o masturbarse sin que nadie le vea ni tampoco le puedan destruir. Ya se ha visto que este símbolo fálico tiene también la habilidad de disimular y pasar desapercibido de los demás sin que se sepan sus intenciones.

Cuando el gato tuvo lo que había pedido, se colocó las botas y echándose la bolsa al cuello, sujetó los cordones de ésta con las dos patas delanteras, y se dirigió a un campo donde había muchos conejos. Puso afrecho y hierbas en su saco y tendiéndose en el suelo como si estuviese muerto, aguardó a que algún conejillo, poco conocedor aún de las astucias de este mundo, viniera a meter su hocico en la bolsa para comer lo que había dentro. No bien se hubo recostado, cuando se vio satisfecho. Un atolondrado conejillo se metió en el saco y el maestro gato, tirando los cordones, lo encerró y lo mató sin misericordia.

Muy ufano con su presa, fuese donde el rey y pidió hablar con él. Lo hicieron subir a los aposentos de Su Majestad donde, al entrar, hizo una gran reverencia ante el rey, y le dijo:

-He aquí, Majestad, un conejo de campo que el señor Marqués de Carabás (era el nombre que inventó para su amo) me ha encargado obsequiaros de su parte.

-Dile a tu amo, respondió el Rey, que le doy las gracias y que me agrada mucho.

En otra ocasión, se ocultó en un trigal, dejando siempre su saco abierto; y cuando en él entraron dos perdices, tiró los cordones y las cazó a ambas. Fue en seguida a ofrendarlas al Rey, tal como había hecho con el conejo de campo. El Rey recibió también con agrado las dos perdices, y ordenó que le diesen de beber.

Interpretación: el símbolo fálico ya tiene sus botas, ósea su deseo ya realizado de poder autoprotegerse. Esta situación en la cual se pone el sujeto, se puede interpretar como una condensación de dos deseos. El primero sería que a través de el saco puede burlar y matar a sus hermanos, de esta forma puede poseer sus falos, siendo él, la única persona que lo pueda poseer. La segunda realización de deseos son las gratificaciones orales que el símbolo fálico presenta al rey, esto lo podemos interpretar como la realización de manifestación sexuales narcisistas u homosexuales, sostenidas por sus fijadas pulsiones de su fase oral, al parecer el rey forma una condensación del sujeto mismo y de su padre, tal vez dándonos muestra de su identificación con él y con su falo.

El gato continuó así durante dos o tres meses llevándole de vez en cuando al Rey productos de caza de su amo. Un día supo que el Rey iría a pasear a orillas del río con su hija, la más hermosa princesa del mundo, y le dijo a su amo:

-Sí queréis seguir mi consejo, vuestra fortuna está hecha: no tenéis más que bañaros en el río, en el sitio que os mostraré, y en seguida yo haré lo demás.

El Marqués de Carabás hizo lo que su gato le aconsejó, sin saber de qué serviría. Mientras se estaba bañando, el Rey pasó por ahí, y el gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:

-¡Socorro, socorro! ¡El señor Marqués de Carabás se está ahogando!

Al oír el grito, el Rey asomó la cabeza por la portezuela y, reconociendo al gato que tantas veces le había llevado caza, ordenó a sus guardias que acudieran rápidamente a socorrer al Marqués de Carabás. En tanto que sacaban del río al pobre Marqués, el gato se acercó a la carroza y le dijo al Rey que mientras su amo se estaba bañando, unos ladrones se habían llevado sus ropas pese a haber gritado ¡al ladrón! con todas sus fuerzas; el pícaro del gato las había escondido debajo de una enorme piedra.

El Rey ordenó de inmediato a los encargados de su guardarropa que fuesen en busca de sus más bellas vestiduras para el señor Marqués de Carabás. El Rey le hizo mil atenciones, y como el hermoso traje que le acababan de dar realzaba su figura, ya que era apuesto y bien formado, la hija del Rey lo encontró muy de su agrado; bastó que el Marqués de Carabás le dirigiera dos o tres miradas sumamente respetuosas y algo tiernas, y ella quedó locamente enamorada.

Interpretación: tengo en duda, lo que esta situación pudiera simbolizar, pero hago un esfuerzo. el orden cronológico no es respetado, transportándose este al ambiente liquido del utero materno y la frustración que provoca el momento de nacer, asi como también el narcisismo que con el viene. se puede ver la identificación con una estructura corporal, al decir que era apuesto y bien formado. Se muestran también simbolizadas conductas seductoras hacia un objeto sexual femenino y así mismo la correspondencia de esta.

El Rey quiso que subiera a su carroza y lo acompañara en el paseo. El gato, encantado al ver que su proyecto empezaba a resultar, se adelantó, y habiendo encontrado a unos campesinos que segaban un prado, les dijo:

-Buenos segadores, si no decís al Rey que el prado que estáis segando es del Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín.

Por cierto que el Rey preguntó a los segadores de quién era ese prado que estaban segando.

-Es del señor Marqués de Carabás -dijeron a una sola voz, puesto que la amenaza del gato los había asustado.

-Tenéis aquí una hermosa heredad -dijo el Rey al Marqués de Carabás.

-Veréis, Majestad, es una tierra que no deja de producir con abundancia cada año.

El maestro gato, que iba siempre delante, encontró a unos campesinos que cosechaban y les dijo:

-Buena gente que estáis cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín.

El Rey, que pasó momentos después, quiso saber a quién pertenecían los campos que veía.

-Son del señor Marqués de Carabás, contestaron los campesinos, y el Rey nuevamente se alegró con el Marqués.

El gato, que iba delante de la carroza, decía siempre lo mismo a todos cuantos encontraba; y el Rey estaba muy asombrado con las riquezas del señor Marqués de Carabás.

El maestro gato llegó finalmente ante un hermoso castillo cuyo dueño era un ogro, el más rico que jamás se hubiera visto, pues todas las tierras por donde habían pasado eran dependientes de este castillo.

El gato, que tuvo la precaución de informarse acerca de quién era este ogro y de lo que sabía hacer, pidió hablar con él, diciendo que no había querido pasar tan cerca de su castillo sin tener el honor de hacerle la reverencia. El ogro lo recibió en la forma más cortés que puede hacerlo un ogro y lo invitó a descansar.

-Me han asegurado -dijo el gato- que vos tenías el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león, en elefante.

-Es cierto -respondió el ogro con brusquedad- y para demostrarlo veréis cómo me convierto en león.

El gato se asustó tanto al ver a un león delante de él que en un santiamén se trepó a las canaletas, no sin pena ni riesgo a causa de las botas que nada servían para andar por las tejas.

Algún rato después, viendo que el ogro había recuperado su forma primitiva, el gato bajó y confesó que había tenido mucho miedo.

-Además me han asegurado -dijo el gato- pero no puedo creerlo, que vos también tenéis el poder de adquirir la forma del más pequeño animalillo; por ejemplo, que podéis convertiros en un ratón, en una rata; os confieso que eso me parece imposible.

-¿Imposible? -repuso el ogro- ya veréis-; y al mismo tiempo se transformó en una rata que se puso a correr por el piso.

Apenas la vio, el gato se echó encima de ella y se la comió.

Interpretación: si el carruaje simboliza la figura femenina o materna; Los terrenos que pueden producir y dar cosechas pueden simbolizar la facultad de tener hijos ósea la madures necesaria para poder ser como su padre y hacer lo que el hace con su madre. Al mismo tiempo reemplazarlo al realizar los deseos de poseer los campos productores pertenecientes al ogro y al final el castillo tras matarlo. En todo este recorrido hacia el castillo simbolizan el acto sexual iniciando al entrar a la carroza y la consumación de sus deseos tras reemplazar el lugar que ocupaba el ogro ósea la posesión de la madre, representada con el castillo.

Entretanto, el Rey, que al pasar vio el hermoso castillo del ogro, quiso entrar. El gato, al oír el ruido del carruaje que atravesaba el puente levadizo, corrió adelante y le dijo al Rey:

-Vuestra Majestad sea bienvenida al castillo del señor Marqués de Carabás.

-¡Cómo, señor Marqués -exclamó el rey- este castillo también os pertenece! Nada hay más bello que este patio y todos estos edificios que lo rodean; veamos el interior, por favor.

El Marqués ofreció la mano a la joven Princesa y, siguiendo al Rey que iba primero, entraron a una gran sala donde encontraron una magnífica colación que el ogro había mandado preparar para sus amigos que vendrían a verlo ese mismo día, los cuales no se habían atrevido a entrar, sabiendo que el Rey estaba allí.

El Rey, encantado con las buenas cualidades del señor Marqués de Carabás, al igual que su hija, que ya estaba loca de amor viendo los valiosos bienes que poseía, le dijo, después de haber bebido cinco o seis copas:

-Sólo dependerá de vos, señor Marqués, que seáis mi yerno.

El Marqués, haciendo grandes reverencias, aceptó el honor que le hacia el Rey; y ese mismo día se casó con la Princesa. El gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras las ratas sino para divertirse.

Interpretación general: se realiza el deseo narcisista de quedarse con la magnitud fálica necesaria para poder satisfacer a su objeto sexual femenino y la culminación del deseo de poseer a su madre. Este cumple libremente sus fines sexuales con ella.