jueves, 16 de junio de 2011

SOBRE LA PSICOPATOLOGIA DE LA VIDA COTIDIANA

En un ensayo de 1989 titulado “Sobre el mecanismo psíquico de la desmemoria”, Freud trata sobre los olvidos, centrándose en los olvidos de los nombres propios. Tres años después publicará “Psicopatología de la vida cotidiana”, donde profundiza en este aspecto y agregará otros que veremos a continuación.
De acuerdo con Freud el “olvido” de los nombres propios es mas frecuente que el olvido de otras palabras, por esto intuye que existe alguna otra razón para que ocurra esto; cuando se encontró con que en la mayoría de los casos no solo se trataba de un olvido, sino que además de haber olvidado el nombre solo se podía recordar algún sustituto, que solo satisface por un instante antes de comprobar que no es el correcto y aún así imponerse como única respuesta. Cuando se encuentra con esto Freud sostiene como premisa lo siguiente: “conjeturo que el nombre o los nombres sustitutivos mantienen un nexo pesquisable con el nombre buscado, y espero que, si consigo rastrear ese nexo, habré de arrojar luz también sobre el proceso del olvido de nombres”. Aunado a esto denomina para el olvido de un nombre con el recordar fallido las siguientes condiciones: “1) cierta predisposición para su olvido; 2) un proceso de sofocación trascurrido poco antes, y 3) la posibilidad de establecer una asociación extrínseca entre el nombre en cuestión y el elemento antes sofocado”. Al encontrarse esta situación entre los acontecimientos que ocurren en la vida diaria es un hecho que podemos conocer de sobra, tanto por que puede habernos ocurrido o porque hemos podido observar a personas en aprietos por recordar el nombre de un tercero. En esta parte me gustaría destacar el origen del material para análisis que utiliza Freud que en este trabajo es aún más obvio que otros: su propia persona.
El segundo punto sobre el que trata el trabajo es algo más particular: el olvido de palabras extranjeras, está enfocado a frases que se utilizan para resaltar algo, el ejemplo es sobre un joven que al intentar usar una frase para resaltar lo que ha expuesto olvida una palabra perdiendo así el sentido del énfasis en su discurso. En el pequeño análisis Freud descubre que lo que interrumpe el recuerdo es un contenido inconsciente opuesto a lo que expone que irrumpe asi en el discurso. De esta manera Freud da con lo que llama “perturbación de un pensamiento por una contradicción interna que proviene de lo reprimido.”.
El tercer punto es el olvido de nombres y frases en el idioma natal, la mayor parte de los ejemplos que da es sobre poesías o frases, también aplicable a canciones o pequeños textos del conocimiento de muchos, dentro de lo que sobresale a mi parecer es la operación fallida al servicio de una función útil, esto se refiere a un olvido que podemos tener en un momento cercano a ceder al impulso y que nos frena el tiempo suficiente para resistir. Volviendo sobre el tema del olvido de los nombres Freud nos dice “El nombre sustraído ha rozado en mí interior un «complejo personal(35)». El vínculo del nombre con mi persona es inesperado, mediado las más de las veces por una asociación superficial (ambigüedad de la palabra, homofonía); en términos generales, se lo puede calificar de vínculo colateral”.
El siguiente tema es sobre los recuerdos de infancia y los recuerdos encubridores donde trata sobre cómo la memoria reconstruye el recuerdo acomodando los tiempos y las vivencias para darles coherencia aunque no coincidan con lo que en realidad ocurrió, por ello denomina recuerdos encubridores a aquellos que han sido reconstruidos o bien que ocupan un realce que llama la tención sobre ellos, esto debido a que así ocultan mejor el recuerdo reprimido. Aquí hay que recordar que no se refiere a la psique de personas que busquen asistencia psicológica, sino que se trata de procesos que ocurren en todas las psiques del ser humano.
El punto siguiente sobre el que trata Sigmund Freud es el trastabarse, que en español he conocido mas bien como trastabillarse y no lo recuerdo aplicado al idioma sino a actividades motoras gruesas. El caso es que Freud acaba con un estudio publicado por los señores Meringer y C. Mayer de 1895 que categorizan los deslices del habla y la escritura, donde encontramos por ejemplo las sustituciones de palabras por algunas que empiezan o terminan con letras o sonidos similares, la inversión del orden de las palabras de una frase. En su análisis Freud llega a la conclusión de que existe “un influjo perturbador de algo situado fuera de la oración intentada, y eso perturbador es un pensamiento singular que permaneció inconciente, que se da a conocer por medio del trastrabarse y que hartas veces sólo puede ser promovido a la conciencia mediante un análisis detallado; o bien se trata de un motivo psíquico más general que se dirige contra el dicho entero”. Dice Freud que lo que lo convenció de esto fue el mismo Meringer cuando dijo que “cosa asombrosa, nadie quiere aceptar que se trastabó”.
Otros puntos que tocará Freud serán el desliz en la lectura y la escritura, el olvido de impresiones y de designios (impresiones de saber y designios de hacer para aclarar), el trastocar las cosas confundido, las acciones sintomáticas (expresión del inconsciente), los errores de la memoria, las operaciones fallidas combinadas, y por último el determinismo, la creencia en el azar y la superstición. En éste último Freud realza nuevamente las condiciones antes mencionadas para que se clasifique como tal una operación fallida:
a. No puede rebasar cierta medida, que es establecida por nuestra estimación y definida por la frase «dentro del campo de variación de lo normal».
b. Debe poseer el carácter de una perturbación momentánea y pasajera. Es preciso que hayamos ejecutado antes de manera más correcta la misma operación o ¿os creamos capaces de cumplirla de manera más correcta en cualquier momento. Y si otro nos corrige, es preciso que discernamos al punto lo correcto de esa rectificación y lo incorrecto de nuestro propio proceso psíquico.
c. Si llegamos a percibir la operación fallida, no registraremos en nuestro interior nada de una motivación de ella; más bien estaremos tentados de explicarla como una «desatencíón» o una «casualidad».
Uno de los aspectos sobresalientes de la obra es, como ya se menciona, es la clarificación sobre los fenómenos que ocurren en la psique considerada normal, o sea fenómenos que ocurren en nosotros dentro de la dinámica psicológica sin que representen un deterioro en nuestra función social. Otro de los aspectos es la riqueza del material de análisis empleado por Freud, pero sobre todo enunciar el mecanismo que se encuentra detrás de la formación de las operaciones fallidas. El trabajo concluye de la siguiente manera: "el carácter común a todos los casos, tanto los más leves como los más graves, carácter del que participan también las acciones fallidas y casuales, reside en que los fenómenos se pueden reconducir a un material psíquico incompletamente sofocado, un material que, esforzado a apartarse {abdrängen} de la conciencia, no ba sido despojado de toda su capacidad de exteriorizarse".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.